Habíamos quedado para hoy pero tus ganas de verme me hicieron adelantar la cita un día. Recuerdo que me llamaste y me dijiste que querías hacerme algo, una sorpresa.
Después de unas cuantas llamadas nos pusimos de acuerdo en la hora de la cita. Llegaste como siempre, con una sonrisa en tu boca, entraste, me seguiste, unos saludos y empecemos.
- ¿yo? ¿tu a mi? ¿quieres que haga de sumisa? ¿quieres someterme?
- No, no. Solo quiero hacerte algo, algo distinto, algo diferente.
Muchas veces pienso que soy demasiado buena, me encanta ver como os las ingeniáis para sorprenderme.
- En fin, toma el antifaz negro, pónmelo y a ver de lo que eres capaz de hacer.
Estaba excitada, sorprendida, extrañada. Sabia que nada malo iba a suceder, pero ¿hasta donde llegaría? ¿que se atrevería?
Sentí como su respiración se hacia mas agitada, noté como se acercaba a mi y suavemente empezaba a quitarme el vestido. ¿Me está desnudando? ¿a mi? No se hasta donde pretende llegar, en fin, esperaremos, puede ser divertido. Aun mas sorprendida siento como me desabrocha el sujetador y como desliza mi ropa interior lentamente por mis piernas.
- Eres el primer sumiso que me ve desnuda!! ¿que pretendes hacer? ¿hasta donde quieres llegar?
En el fondo sabia que te iba a dejar hacer, sabia que era un deseo tuyo poder admirar a tu Señora desnuda. Sabes perfectamente que no soy tuya, sabes que eres tu quien me pertenece, pero quiero verte como te desenvuelves y como contemplas a tu Dueña.
Veo como me miras, como me lames con tus ojos, como me hueles, como me admiras. Me siento bien porque te hago feliz. Eso me hace crecer querido mío.
Domina Nefer
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