miércoles, 30 de octubre de 2013

POEMA DE UN PERRO HACIA UNA AMA

Hoy tengo el placer de dejaros una muestra de cariño de mi recien estrenada mascota... Me desperté esta mañana y me la habia dejado en un mensaje...aunque no lo suela decir,me gusta que penseis en como sorprenderme.
 Yo soy el que te espera...

 Tu coche tiene un sonido especial y puedo reconocerlo entre mil. Tus pasos tienen un timbre mágico, son música para mí. Tu voz es el mayor signo de mi tiempo feliz y, a veces, no es necesario mencionar: oigo tu tristeza. Si veo tu alegría, me hace feliz! No sé lo que es olor bueno o malo, solo sé que tu aroma es el mejor. De algunas presencias a veces me gusta. Otras, no tanto. Pero tu presencia es lo que mueve mis sentidos. Tu despierta, me despierta. Tu durmiendo eres mi Diosa, reposando en casa, y yo cuido tu sueño. Tu mirada es un rayo de luz, cuando me doy cuenta de tu despertar... Sus manos sobre mí, tienen la ligereza de la paz. Y, cuando Tu sales, todo está vacío otra vez... Y vuelvo a esperarte siempre y siempre... Por el sonido de tu coche; Por tus pasos; Por tu voz; Por tu estado siempre inconstante del humor; Por tu olor; Por tu reposo bajo mi vigilia; Por tus ojos; Por tus manos. Y soy feliz así. Yo soy el que te espera: _¡Soy tu perro!!!

Un nuevo compañero (continuación – 3ª parte)

De forma expresa, no le había hecho referencia alguna a Mad_sum sobre el contacto físico con la DIOSA. Había presenciado como ELLA le había permitido tontear durante la cena de la noche anterior y por tanto desconocía si con él, ELLA iba a aplicar una política bien distinta que la que me había impuesto a mí desde el primer día. “Tus manos sólo me sirven para trabajar y en contadas ocasiones para masajearme los pies. Tu boca y lengua, para lamerlos y tus órganos sexuales para divertirme castigándolos”, esas habían sido sus diáfanas indicaciones desde el primer instante, por ello me sorprendió el día que me ordenó que le masajeara la espalda. Según manifestó, se la sentía extremamente cargada, intuí que fue la justificación y en otro momento se me hizo la luz, el día en que me permitió secar su hermoso y desnudo cuerpo tras tomar el baño que tanto la reconforta. Pero no me autorizó a aproximarme más a su delicado cuerpo a excepción de también, calzarla o descalzarla. Por ello sólo en mi imaginación puedo degustarla, lamerla, acariciarla y por supuesto yo mismo me censuro para acercarme en demasía a sus órganos más sensibles, sus hermosos senos y su seguramente, cálido sexo. Lo acepté desde el primer día y por tanto nada tengo que objetar, pero no puedo dejar de compartir que es un suplicio más de mi condición, quizá el más hiriente. Quizá fuera ésta, otra de las razones por las que no le comenté nada a mad_sum. Siento vergüenza de admitir que estoy conformado a servirla en la máxima cercanía sin poder ofrecerle todo lo que llevo dentro. Puede que la siguiente tortura sea tener que sentir sus estremecimientos a través de las descripciones que pueda regalarme mad_sum, o consolarme a través de sus confesiones, pero probablemente ni eso tendré en el futuro, o bien porque a él también le negará ese inmenso placer o simplemente porque no quiera compartirlo conmigo. Un verdadero esclavo es fiel hasta la muerte y el concepto de lealtad lo entiende como si se lo hubieran implantado a fuego, al menos es lo que a mí me ocurre y supongo que será lo que a él también le ocurrirá. De todos modos, quizá antes de que ELLA dé por concluido el aleccionamiento que me ha ordenado, me atreva a departir con el alumno mad_sum sobre este aspecto tan relevante y a la vez tan inalcanzable. No obstante cuando me refirió que él sólo estaría en la casa durante el fin de semana, me quedé en cierto modo reconfortado, por tanto si aún persistía en mí algún impedimento en abrirme completamente a aquel joven que tanto parecía agradarle a mi DUEÑA, desapareció totalmente. El desayuno fue rápido pues la DIOSA no tenía demasiado apetito y aunque siempre le preparo más cantidad de la que presumo se comerá, no tuve tiempo de engullir todas las sobras. Hacía horas, -desde el mediodía anterior-, que no había comido nada, por tanto la dieta a que me tiene sometido desde que vivo en su casa se estaba convirtiendo en extrema. En cambio no reprendió a mad_sum por agarrar un par de magdalenas cuando ya estábamos vestidos para acompañarla a pasear por la playa. Estos días de finales de octubre están siendo calurosos y por ello no desdeña acercarse hasta la arena y tomar el sol. A nosotros nos reservaba un poco más de ejercicio, aunque tras unos minutos, me ordenó que paseara a Zeus mientras ELLA invitaba a su nueva adquisición a acompañarla. Me lo señaló con un autoritario: “vuelve en media hora”. Me dediqué a su mascota mientras ellos dos se quedaban tendidos sobre las toallas que les había dispuesto. Estaba espléndida con aquel bikini negro. Me alejé con cierta envidia por no poder tenderme a su lado para estar pendiente de sus caprichos. No obstante con rapidez disipé ese sentimiento que en nada me beneficia pues de inmediato pensé en ELLA y su felicidad ya que no era la primera vez que la veía quedarse con otro hombre, libre o sumiso y disfrutar a su antojo de él, algo que en realidad me complace, pues a pesar de que pueda parecer absurdo, esa complacencia que imagino en ELLA llega hasta mí y ese joven posee un cuerpo joven, agraciado, dispuesto para que ELLA lo disfrute si ese es su deseo. Paseando a Zeus, sentí necesidad de tomar el sol sin la camiseta. No me importó que los que se cruzaban conmigo me observaran curiosos. Doy por sentado que el collar es llamativo, mucho más si observan el de Zeus. Ambos son parecidos, del mismo material, cuero negro y con anillas, el sólo dos, la que está libre para sujetarlo a través del mosquetón de la correa y aquella de la que pende la plaquita en la que está inscrito su nombre. En cambio el mío, claveteado como el de la mascota, tiene dos aros libres de los que aquel día de sábado colgaban cuatro mosquetones. Me los había hecho colocar mi DIOSA por si “me apetece manteros unidos por las muñequeras o para que andéis manteniendo el paso gracias a tener vuestros tobillos encadenados”. Cuando lo dijo, me corroyó por mi interior una sensación de pertenencia que estuvo a punto de hacer que me tambaleara. Es algo que me sucede cuando me maniata de alguna de las múltiples formas en que puede hacerlo la DIOSA. Es entonces, cuando me sujeta o me ata, que me siento más propiedad suya y es una sensación que me embarga, casi me obnubila por completo y ELLA lo detecta. El paroxismo llega cuando en esa sometida posición me ordena introducirme en la jaula que hay en el Templo o la que posee en su casa y que debo mantener en perfecto estado de revista. Es en estos momentos cuando todo mi cuerpo se estremece, por tanto que salga a pasear junto a ELLA portando colgados de los aros de mi collar, los mosquetones con los que pueda maniatarme de manos y pies cuando a ELLA le plazca y quizá delante de otras personas, me subyuga por completo y puedo afirmar que es una de las sensaciones más estimulantes y excitantes que puede regalarme. Durante los treinta minutos en que estuve cumpliendo sus órdenes, recordé una de las preguntas de mad_sum. “¿Y cómo la conociste?” No le obvié mi encuentro con el busto de la Diosa Nefertiti cuando visité el “Neues Museum” de Berlín. El busto de aquella reina que había vivido tres mil trescientos años antes me cautivó y cuando dos meses después, pululando por Internet me encontré con las fotos de la Diosa Nefer, aquella influencia que me había llevado de Berlín renació en mi interior. “Es ELLA” me dije y sentí un deseo irrefrenable de acercarme y ofrecerme. “Así fue como me sentí atado de por vida a esta bella mujer”, le confesé al joven. Luego le expliqué la necesidad que experimenté por escribirle y dedicarle una novela. Ella, asintió, “pues creo que nadie se lo había propuesto, por supuesto ningún sumiso”. Le conté también que en los primeros encuentros me dedique a leerle las primeras partes de la historia y que a ELLA la complacía debido a que esos encuentros eran distintos a las sesiones habituales con otros sumisos. Fue entonces cuando él me confesó que no escribía, pero que lo intentaría. Temí que fuera del agrado de la DIOSA y eso significara mi destierro de su vida, pues no dudo que el joven intentará por todos los medios regalarle relatos que puedan complacerla. Cuando regresé, pasados más de treinta minutos, ambos estaban sentados en la terraza de uno de los últimos chiringuitos que todavía permanecía abierto en aquella fecha. Estaban tomando unos refrescos y departían como dos viejos amigos. No escatimaban las sonrisas e incluso ELLA tenía deferencias con el joven que pocas veces he visto con sus amigos. Me sentí celoso, levemente, pues no lo he sido nunca, pero de nuevo me asistió el sentimiento de felicidad: ELLA se veía feliz, radiante, alegre. En silencio di gracias a mad_sum pues algo tenía a ver en ello. Decidí entonces que si ELLA me lo autorizaba, escribiría sobre la llegada a su vida de ese joven que parecía gustarle no sólo en condición de sumiso, también como posible compañero vainilla. A sus pies, su esclavo 24/7 y escritor.

lunes, 28 de octubre de 2013

Un nuevo compañero (continuación)

El nuevo compañero, se avino, -como no podía ser de otro modo, al menos de momento-, a las condiciones que DIOSA NEFER había clamado serena y autoritariamente mientras descansaba sus piernas sobre mi espalda. La velada no dio para más, Ella decidió que era hora de acostarse pero antes sometió a su nuevo cachorro a la última de las humillaciones que le tenía preparada para aquella noche. Me ordenó que fuera en busca del cb6000 que utilizo como recambio para cuando desea modificar mi atuendo y cuando se lo mostré pensando que sería yo el depositario de tan linda joya que se utiliza para paliar deseos indeseables de los machos, me indicó que se lo colocara al joven. Éste al oír el capricho de la DIOSA pareció echarse atrás en lo manifestado sólo unos minutos antes. Me quedé en espera, atendiendo al resultado de aquella, en realidad, tenue rebelión. Se atrevió incluso a señalar que quería que fuera la DIOSA quien se lo colocara, o él mismo, pero los dos sonoros bofetones que ELLA le propinó, le hicieron entrar en razón. Acababa de aceptar de forma tácita que su cuerpo ya no le pertenecía y aunque él no hubiera sido capaz de definirlo así, su cerebro lo había asumido subconscientemente, pero en verdad con toda la consciencia que los seres humanos tenemos a nuestra disposición. Obedecí entonces. Se lo coloqué con facilidad a pesar de que sus atributos genitales son de buena proporción, aunque en aquellos momentos cruciales de su todavía corta vida de sumiso parecían haberse empequeñecido para facilitarme la labor o quizá porque todo él lo había hecho, influido por la singular experiencia que estaba viviendo. Cuando concluí, la DIOSA nos indicó que ya podíamos acostarnos. A él le permitió hacerlo, -tras disponer yo un sencillo colchón en el suelo junto a la cama de ELLA-, naturalmente desnudo y encadenado a las patas de su lecho. Cuando estuvo ubicado, lo cubrí con una sabana y entonces pude retirarme a mi limitado colchón de espuma junto a la cesta en la que suele dormir Zeus si es que la DUEÑA no le permite hacerlo junto a ELLA. Esa noche prefirió que fuera yo quien lo acunara o simplemente soportará sus modos perrunos. La noche fue calmada, nada reseñable a excepción de mis necesidades biológicas. Al parecer el muchacho no necesitó levantarse pues no lo oí ni moverse. De todos modos no habría podido hacerlo. Quizá por ese motivo al desencadenarlo, -tan pronto Zeus quiso salir al jardín-, imitó al chucho y vació una cálida y humeante meada en la parte posterior de la casa. No se disculpó, pero se justificó alegando que no podía reprimirse por más tiempo. Lo comprendí y no le recriminé pues bastante tenía con intentar calmar a Zeus que no paraba de ladrar, molesto seguramente porque otro animal se atreviera a imitarlo. Temía que despertara a la DIOSA y sufriéramos su mal humor, fundamentalmente yo, al comprobar ELLA que no estaba sabiendo aleccionar debidamente a su nuevo cachorro, encargo que me había dejado claro quería que llevara a cabo. La DIOSA hubiera podido pensar que la estaba desobedeciendo a conciencia para evitar que algún día pueda sustituirme por su nuevo cachorro madrileño y eso habría sido fatal, pues quizá habría decidido hacerlo, sustituirme, mucho antes, puesto que candidatos no le faltan. Cuando el joven pareció liberado, le señalé que debía ponerse de inmediato los boxers de color negro. -Nuestra DIOSA no acepta que vayamos en pelotas a no ser que ELLA lo ordene. Supongo que te has traído unos, sino, te dejo los de repuesto. El muchacho entonces se interesó por aquella indicación. -Pero si al llegar ayer, tú estabas en bolas. -Lo estoy cuando ELLA no está. Para trabajar me siento más cómodo y además no se me ensucian. Le disgusta que los manche, ya sabes. -Y con ese aparato, ¿puedes dormir y hacer las cosas? Me duelen los huevos una barbaridad. -Te acostumbrarás, ya verás. Es al principio, luego hasta te sentirás desnudo cuando ELLA te ordene sacártelo. -¿Ah sí? ¿Y cuando es eso? -Cuando le apetece jugar con tus huevos o que lo hagan sus amigos o sus amigas. -¿Amigos también? -Mira…, por cierto, ¿cómo quieres que te llame? -Mad_sum. -Pues bien Mad_sum, acostúmbrate a servirla en todas las formas imaginables, aunque por mi experiencia sé que no dejará de sorprenderte. Es su especialidad, por tanto, mente abierta y disposición total. Vamos, si quieres seguir perteneciéndole. Me gustó que preguntara, era indicativo de que tenía interés y lo más importante para mi cometido, me aceptaba como tutor de su deseada sumisión. -Verás Mad_sum, el protocolo es fundamental. Supongo que lo tienes claro. ELLA está por encima de todo, tú y naturalmente yo, estamos a su servicio, para cuidar sus cosas y sobre todo hacerle la vida más fácil y divertida y si su antojo del día es fustigarnos, humillarnos, acariciarnos, insultarnos, atarnos, -ves, eso le gusta mucho, atar a la gente-, bueno, a la gente como nosotros o a los sumisos que la visitan en su Templo. Por cierto, ¿imagino que ya lo has visitado? –El joven afirmó. –Pues dime, pregunta cualquier cosa. Hoy es sábado y dormirá algo más. Es lo que suele hacer los sábados. No trabaja y por tanto descansa hasta más tarde. Luego, quizá quiera que la acompañemos a pasear por la playa o al pueblo, ya decidirá. Pero pregunta, no te cortes. Como veía que no se lanzaba, continué poniéndolo en antecedentes. Le hablé del desayuno de la DIOSA, del baño, del de ELLA y del de Zeus, también del coche, del cuidado de sus enseres, de la limpieza de la casa, del arreglo del jardín. -Nunca falta trabajo, ya lo verás y procura, a no ser que te reclame, estar ocupado, no le gustan los vagos, ah y tampoco los curiosos o chafarderos. No la sigas con la vista, no persigas su atención, aunque parezca que no te observa, lo hace. No olvides que es una DIOSA. Puedo asegurarte que parece tener un sexto sentido para saber qué haces y dónde estás. Aquella última parte, a Mad_sum pareció sonarle a broma, no se abstuvo de certificármelo, con sorna. No quise corregirlo más que con la naturalidad. -Yo ya te he avisado, es cosa tuya encontrarte de bruces con esa realidad, pero luego no digas que no te advertí. Y por cierto, no hables en su presencia a no ser que te pregunte, tampoco conmigo. Cuando ELLA quiere oírnos, nos lo indica y entonces nos está permitido hablar con libertad, pero cuidado con los atrevimientos, como el de anoche. De momento me tienes a mí para recibir los castigos, pero supongo que pronto te los impondrá a ti, naturalmente cuando sean de tu incumbencia. Entonces Mad_sum se refirió a lo que realmente le preocupaba de lo mencionado por la DIOSA la noche anterior. -Por cierto, ¿has tenido que chuparle la polla a algún tío? Sonreí, demorándome expresamente en responder. -¿Muchas? –preguntó alarmado. No quise atormentarlo más. -Ninguna, aunque si he de serte sincero, el día que me lo ordene, no me cabrá más que obedecerla. -No jodas tío. -Puede que esto también, aunque espero que falte mucho. La única que me ha jodido hasta hoy, y debo decirte que me ha gustado, ha sido ELLA. Ya sabes, le pertenezco y tú, cuando lo haga contigo, también lo aceptarás. Al principio duele un poco, pero luego, te acostumbras, además, sabe cómo hacerlo para que no sólo goce ELLA, también busca el placer del sumiso. Mad_sum se sintió turbado. No supe si por la confesión que acababa de oír o porque estuviera naciendo en él el deseo de experimentar ya, aquella vivencia que acababa de describirle. Proseguí explicándole lo que a mi entender esperaba la DIOSA de su comportamiento. Me fue haciendo preguntas que yo contestaba intentando adornarlas con ejemplos que hubiera vivido o que todavía no había experimentado aunque esperara hacerlo en algún momento, dándole a cada respuesta la veracidad necesaria para que ni se lo tomara a guasa, ni se sintiera atribulado. Estuvimos casi treinta minutos compartiendo aquel trozo del jardín. Cuando el sol comenzaba a deslumbrar mis ojos, intuí que estaría cercana la hora en que la DIOSA abriría los suyos, aquella preciosidad de mirada esperaría sin duda, que sus dos pertenencias estuvieran junto a su cama, de rodillas y con la cabeza gacha, expectante para servirla con devoción. Se lo indiqué y me pareció que su afán por ser más útil y apreciable había crecido. Me atribuí cierto mérito. Estaba seguro que ELLA lo valoraría, es una DIOSA firme, pero justa. A sus pies, su esclavo 24/7 y escritor.

jueves, 24 de octubre de 2013

Un Nuevo compañero

Llegó a casa más pronto de lo habitual, faltaba poco para las siete de la tarde, aunque ya había anochecido. Me cogió desprevenido y tardé más de lo normal en arrodillarme a sus pies y besar sus botines. No me lo tuvo en cuenta, sencillamente me señaló que fuera hasta el coche y trajera los paquetes. Lo señaló con gran serenidad, con la calma que suele emplear cuando las cosas suceden según sus deseos. Utiliza un timbre de voz que me ayuda a identificar que no se siente contrariada. No es que cuando se tuercen sus planes pierda la compostura, pues sabe dominar casi mejor sus emociones que a nosotros, sus perros, pero cuando las circunstancias le son favorables, su voz, su mirada, su aroma, sus movimientos la denuncian. A mí, me gusta verla feliz, ¿o no es acaso ese el principal y quizá único objetivo de un esclavo? Me dirigí al coche para cumplir con su mandato y entonces mi sorpresa fue mayúscula. En el asiento trasero estaba tendido un joven. Tenía el torso desnudo y la cabeza cubierta con una bolsa de tela de color oscuro. No se movía. Advertí que llevaba puesto un collar. De él pendía una medalla de metal. Me acerqué y pude leer la inscripción: “esclavo”. Supuse que ese era el único paquete que debía llevar hasta la casa. Le indiqué que se levantara, que la DIOSA NEFER lo reclamaba. Él, pareció molestarse. Gruñó algo que no logré entender, pensé que no le agradaba que una voz masculina lo estuviera recibiendo. Estuve a punto de disculparme, pero me pareció inoportuno. Mi Dueña, había hablado de los paquetes, por tanto en cuanto lo tuve en pie, frente a mí, miré en el portaequipajes. No había nada. Entonces advertí que aquel joven tenía las manos esposadas a la espalda. Le tomé el brazo y lo dirigí con cuidado hasta la puerta que había dejado entreabierta. Pude observar entonces de soslayo a la vecina. Estaba encaramada y observaba por encima de la valla y con atención la escena. Me pareció oír algo como: “otro tarado”. No respondí, es lo que mi Dueña me tiene dicho, “jamás le sigas la corriente, sencillamente está loca”. De todos modos y a tenor de cómo voy normalmente ataviado por la casa y el jardín, completamente desnudo a excepción del collar, las tobilleras y muñequeras y el aparato de castidad, acepté sin enjuiciarla, su opinión. Para alguien a quien le es ajena la felicidad de vivir en esclavitud, le debe parecer un absurdo mayúsculo hacer las tareas de la casa de esa guisa. Penetramos en el interior de la casa y cerré la puerta. Oí la voz de DIOSA NEFER. Me ordenaba llevar el paquete a la cocina. Cuando entré, Ella estaba jugando con Zeus. No hizo falta que dijera nada más. Le susurré al paquete que se arrodillara. Lo ayudé a hacerlo junto a mí. Me pareció que decía algo parecido a “gracias”. Entonces Ella indicó que le liberara de la bolsa. Apareció un rostro joven, bien parecido, nervioso y con una mordaza de bola en su boca. Comprendí entonces sus gruñidos. Zeus se acercó hasta donde estábamos y sin titubear, se orinó en mis desnudas piernas. Mi Dueña sonrió, ligeramente. Al instante y tras indicarme: “ya sabes lo que has de hacer”, prosiguió: –éste es mi nueva adquisición. Quiero que aprenda a comportarse como un verdadero esclavo, a tu lado. Alecciónalo. –Luego, dirigiéndose al joven continuó: –éste es uno de mis esclavos 24/7, el que permito viva aquí. Está muy adiestrado y por tanto será tu maestro en lo más elemental. Procura seguirlo. Puede que algún día lo sustituyas, pues como podrás ver, ya tiene una edad. Tú aportas la juventud que me apetece dominar. Pero no quiero ni riñas ni competencias estúpidas. Da igual lo que él o tú penséis, debéis comportaros como buenos camaradas. Mi bienestar está por encima de celos o envidias. Entonces Ella se dirigió a su habitación. Con celeridad limpié la gracia de Zeus. Me acerqué a continuación hasta la puerta de su cuarto. Esperé de rodillas sus indicaciones. El joven pareció querer entrar sin que Ella lo hubiera autorizado. Lo retuve del brazo, pero él se soltó al tiempo que me espetaba: –no vuelvas a tocarme, imbécil. –No le respondí. Si quería o tenía arrestos para contravenir las indicaciones que tengo tan claras, era sólo cosa suya. Mi sorpresa fue enorme cuando mi Dueña se me acercó molesta. Me fijé no sólo en su crítico semblante, se había despojado de su ropa exterior y sólo vestía la lencería. Me atribuló, -como siempre-, aquella imagen tan bella. Ella lo percibió mientras me lanzaba: – ¿por qué has permitido que entrara? –No supe qué decirle, en realidad no me dio tiempo. –Ve a la cocina y prepara la cena. Hoy no tendrás ni las sobras. –Siempre aceptaré sus decisiones, sean justas o no, es como decidí vivir el día que me entregué a Ella, existiendo para cumplimentar todo aquello que decidiera debía ejecutar, fuera o no de mi agrado, fuera o no de mi competencia, fuera o no patrimonio de mis habilidades y lo reconozco, vivir para Ella y por Ella es lo más extraordinario que me ha ocurrido nunca, por tanto asumí mi culpa y el castigo al que me sometía mi Dueña. De todos modos no esperaba que a mi impuesto ayuno le siguiera el contemplar como, mientras esperaba de rodillas que terminaran sus platos para servirles los siguientes, Ella se permitiera juguetear con aquel “paquete”, del modo en que lo estaba haciendo. ¿Simplemente se trataba de humillar a su más rendido esclavo? No creí que fuera esa la razón, pues jamás me he considerado tan valioso como para ser centro de su atención, en ninguna circunstancia. Me estuve rebanando los sesos intentando descubrir cuál era su empeño mientras tonteaba y lo que me pareció más inaudito, se lo permitía al joven. Él cenaba en la mesa, como un invitado, desnudo eso sí y con el collar puesto, pero permitiéndole libertades que a pocos de sus amigos he visto les permita. Tampoco censuró comentarios, expresiones, impresiones, señalamientos que únicamente a seres libres les admite. En cierto modo me sentía decepcionado y así estuve durante toda la cena. Incluso en una ocasión le ofreció un pedazo de la carne que con tanto esmero había cocinado y cocino siempre para Ella. Pero cuando llegó la hora del postre, todo cambió, para él, pues para mí la situación se hizo todavía mucho más humillante. Les acerqué el café hasta la mesita frente al sofá y luego Ella, tras descansar sus piernas sobre mi espalda, pues yo había adquirido la postura de mesa reposa pies que debo mostrar en cuanto se acomoda en el sofá, comenzó a explicarle que: “hoy te estás divirtiendo y por lo que veo, mucho. Pero no te equivoques, esta noche es especial, es tu primera velada aquí y por tanto he creído conveniente regalarte una bienvenida especial. Pero no te confundas, si quieres seguir siéndome útil, y como no, apreciable, ese será tu papel”, y me pareció entender que me señalaba. “Ya te he dicho que él es un esclavo útil y apreciable, por tanto, no prescindible y eso es a lo que has de aspirar, a ser como él, o incluso mejor, pues tú tienes más posibilidades”. Se detuvo y me pareció oír que sorbía de su taza. Cuando la dejó en la mesita, prosiguió: “verás, eso de ser de mi propiedad, consiste en hacer todo cuanto me apetezca, aunque te produzca vómito. Por ejemplo, a mi esclavo, no le gusta el dolor y tampoco satisfacer a machos como él, pero si le hago una seña para que te la chupe y se trague todo lo que expulses, lo hará y sin vacilar. ¿Tú serás capaz de hacerlo? ¿O estás ya sintiendo repugnancia? Pues bien, me da igual que te disguste, si eso es lo que quiero, lo harás del mismo modo que él lo hará más tarde, si a mi me apetece ver como te corres en su boca”. –Me asusté. Por nada del mundo quería empezar la relación de esclavitud compartida con aquel…, chupándole la polla, pero Ella tiene razón, si me lo ordenaba, lo haría, una o mil veces, las que a Ella le apeteciera. “Y si ahora mismo, te ordeno que lo azotes, tú lo harás y él lo soportará y te irá dando gracias a pesar de que el dolor que le vayas infringiendo sea insoportable. Pues piensa que eso mismo vas a tener que demostrarme que eres capaz de soportar, por mi. ¿Estás dispuesto? Si te respondes dudando, ya no me vales, por mucho que desee que formes parte de mi cuadra. Si es así, puedes levantarte y mi perro te acompañará a Barcelona. Esta noche en el hotel, correrá de mi cuenta, pero espero que tengas la valentía de no volver a dirigirte a mí, en ningún modo. ¿Comprendido?” Jamás la juzgo, sólo la obedezco, con ánimo de agradarla más y más. Hoy, no quiero desvelarles cual fue la respuesta de aquel joven madrileño, pero en algún momento, lo relataré, para su exclusivo placer, pues además de ser uno de sus esclavos 24/7, soy su esclavo escritor y ese rol, difícilmente me lo arrebatará otro esclavo. Lucharé denodadamente para que nadie lo logre, arrebatarme ese papel que estoy seguro, a Ella tanto le agrada. A sus pies, su esclavo 24/7 y escritor.

lunes, 14 de octubre de 2013

Mi cachorro Madrileño

Hace un tiempo,recibí una solicitud de amistad a través de facebook,se trataba de un perro sin dueña de 26 añitos(un cachorro)parece a simple vista que sabe lo que quiere,lo que busca y lo que tiene que entregar,aunque le falta experiencia y protocolo... Me propuso conocernos,así que enseguida se puso con la labor de buscar un sitio agradable para mi,se encargó con éxito de la compra de billetes y todo lo necesario para mi estancia aún sin haber viajado,algo que dice mucho de él,los dias previos al viaje estaba nervioso,alterado y en un par de ocasiones estuve apunto de anular mi visita.. Es joven,impulsivo y le falta mucha experiencia con la vida,tiene que aprender a relajarse y a no dejarse llevar ante mi...(PACIENCIA)Me digo constantemente..PACIENCIA NEFER ..es joven e impulsivo.Se comería a todos los sumisos que se acercan a mi,posesivo con su Dueña,me recuerda a mi Zeus que no deja que ningún ser masculino se interponga fisicamente entre él y yo. LLegó el dia y me presenté en Madrid,en el aeropuerto,llegué y estabamos en salidas diferentes y con un silbido y su olfato enseguida me localizó,llegó en mi busca y como buen esclavo,besó mi mano cogió mi equipaje y me abrió la puerta trasera,siguiendo las indicaciones que le fuí dando dias atras. Estuvo algo despistado hasta que llegamos al hotel,se perdió varias veces antes de llegar,el lugar elegido estaba muy bien,conn piscina privada,sauna y una gran suite.. Me metí en la piscina,me apetecia un baño y nada mejor que una cascada de agua sobre la espalda,despues me pidió permiso para entrar..Pues claro querido si hemos venido a jugar¡¡ Estuvimos jugando en el agua,cual perro acuatico se sumergia bajo el agua para que yo le pisara,era muy divertido ver como intentaba caminar conmigo oencima,nos dimos varios chapuzones y decidí que era hora de salir del agua. En todo momento le tenia que estar diciendo,que me pusiera las zapatillas,que me acercara la toalla(estaba despistado)pero es buen perro,es obediente y fiel,aunque falto de practica Me lo pasé bien en su compañia,se hizo corta mi visita y tengo ganas de repetir,e hecho de él mi esclavo,hablamos a diario y tengo la seguridad que llegará a ser ese ser perfecto que me hace la vida más facil...Falta pulir este diamante en bruto pero que bien me lo pasaré castigandolo hasta hacerlo a mi imagen y semejanza...

viernes, 11 de octubre de 2013

Carta de un esclavo a su DUEÑA

Me gustan los días tristes, aunque a mi DUEÑA le disgusten, ELLA prefiere el sol, el calor, la luz, pero precisamente ese es el factor que más me place de esos días que amanecen apagados y que a muchas personas las llevan a sentirse tristes, alicaídas, preocupadas incluso hasta nerviosas. Me levanto motivado a servir más y mejor a la DIOSA a la que adoro, pues conozco la animadversión que esas jornadas le producen. Durante la noche me acerco, desde el minúsculo cubículo en que descanso, hasta su cama. Normalmente lo hago dos o tres veces. Le cubro el cuerpo para que no se quede helada, ya que a pesar de ser friolera por naturaleza no logra impedir a lo largo de la noche, moverse durante el sueño hasta quedar su cuerpo al descubierto. Y cuando amanece, sabedor que su despertar será poco amigable, me predispongo a avanzarme a todos sus deseos para lograr que su humor no la supere. Es algo que un verdadero esclavo debe estar dispuesto a “sufrir”. Le prepararé el desayuno con más esmero. Tendré su baño matinal dispuesto a la temperatura idónea. Escogeré la lectura que la motive para acompañarla mientras sueña sumergida en la agradable sinfonía de agua, luz y música que he dispuesto. La sorprenderé con alguna noticia que la estimule. Elegiré las prendas que más la puedan complacer para cuando desee moverse hacia Barcelona o prefiera quedarse relajada en su casa. Me preocuparé que su perro de cuatro patas tenga cubiertas sus necesidades. Y todo ello lo haré con alegría, desnudo de cuerpo entero, para que pueda admirar a su fiel perro de dos patas. Mis únicos aderezos, el collar que con tanto orgullo no he dejado de mostrar desde que me aceptó como a su esclavo y el aparato de castidad del que sólo me desprendo cuando ELLA lo decide. Me colgaré de una de las pequeñas argollas del collar, el flogger con el que más le gusta azotarme, para que si ocurriera a pesar de mi empeño, no lograr subvertir el mal humor que le producen los grises, pueda descargar su descontento en el cuerpo de su esclavo. Bendita ira cuando así decide recibir el nuevo día, pues confirmo que le sirvo, que le soy útil y aunque su apreciación sea a través del castigo, merecido o inmerecido, ese placer no hay quien me lo arrebate, pues no pasaré a ser prescindible para ELLA, algo por lo que lucho día a día, algo por lo que estoy dispuesto a todo, incluso a morir entre sus manos. Hoy ha amanecido gris y llueve y por tanto aparece ante mí, una nueva oportunidad de serle útil a mi DUEÑA. Bendita climatología que tiene a bien regalarme ese días tan llenos de posibilidades. Hoy lucharé porque la felicidad de mi DIOSA sea total. A sus pies siempre, su esclavo 24/7.

jueves, 10 de octubre de 2013

continua la lectura...

mirar-me va afegir: –demana’m un té. Tu pots prendre el que vulguis. T’espero a la taula. No triguis. –Realment determinant. Sap el que vol i com ho vol. No dubta, quasi mai, encara que jo no li ho he vist fer-ho, imagino que com tothom, alguna dubta la deu dominar de tant en tant. Vaig servir-li el té amb molta cura de no esgarria-la de cap forma i quan em va fer una espècie de senyal amb la seva mà perfectament cuidada vaig seure on em va indicar. Es va acostar la tassa per comprovar si era molt calenta l’aigua. Mentre, jo vaig abocar amb força cura, el refresc en el got. Mentre ho feia i ja amb la tassa de nou al seu lloc va començar: –no te n’has adonat que hi ha cambrers? Em sembla que aquell s’ha molestat per haver-li usurpat la feina. –Vostè... –De nou em va tallar. –Tens raó. Jo t’ho he manat, però vigila, no sempre les ordres poden ser seguides tan fàcilment. –Va restar un segon en silenci. No em va sortir la veu. M’hagués agradat prendre el protagonisme i dir-li tantes i tantes coses. Algunes potser no li haguessin agradat. Però no vaig poder. Va estar de nou ella la que va fer-se’l seu. –Digues. Què fas a aquesta hora en un centre comercial? –Sense forçar-ho en vaig veure d’immediat donant-li tota mena de detalls sobre la meva vida. Amb una sola pregunta en va tenir prou per què li aboqués perquè era en aquell centre comercial, els meus plans presents i futurs i fins i tot què en pensava d’en ella i la forma tan especial en que m’havia abordat. L’escoltava i amb les seves amplies i variades explicacions m’anava confirmant que realment és un gosset desvalgut. Ell potser no ho sap i tampoc crec que li hagi de fer veure i entendre de forma immediata, doncs en la superfície pensa que té tots els valors d’un ésser independent, lliure i capaç d’assolir qualsevol fita que es proposi, i potser té certa raó, però alhora també està sol i la soledat és molt fumuda sinó saps dominar-la com vinc fent amb la meva des de fa anys, en realitat provocada per mi mateixa. Si és ella la que controla la teva vida, estàs realment fumut. Seràs esclau no de algú sinó d’una sensació, d’un estat, d’una emoció, per què?, ¿es pot estar sol en un món on hi viuen més de set mil milions de persones? Si et deixes convèncer per les teves circumstàncies que ho estàs, ja ets reu del fracàs més estrepitós de la teva vida. Va continuar parlant, i el vaig deixar fer, doncs m’agrada la seva veu... Soc arquitecte i actualment estic sense feina, mals temps per la construcció, de tot tipus. I això m’ha fet plantejar-me viatjar a la Xina, en concret a Xanghai. Desprès del meu divorci, crec que és el millor que puc fer. Un amic me’n ha parlat força bé i per tant vull provar l’aventura i... Així va seguir i seguir sense aturador. Semblava que m’havia confós amb el seu confessor o psicòleg o veritable amiga. Em feia gràcia deixar-lo fer. Escoltar ha esta la primera i més important acció que m’ha permès ser on soc i cóm hi he volgut arribar. Per tant vaig permetre-li desfogar-se, més endavant en retornaria tot el temps que li estava dedicant i ho faria amb escreix, al tipus d’interès que jo volgués aplicar-li, amb la tassa de risc que a mi em convingués i que ell pagaria fins i tot satisfet encara que el tracte pogués semblar-li abusiu. Per altre banda, no em va impressionar, ni el seu atractiu i jove físic de només trenta cinc anys, ni el seu currículum on va destacar-me alguns dels seus minsos èxits. Fa temps que vaig decidir que seria jo la que impressionaria en els demès i per aquesta raó, soc jo la que encaixa les circumstàncies que em duen les persones i no pas elles, ni les circumstàncies i molt menys les persones.

martes, 8 de octubre de 2013

Continuamos con la lectura...

sempre des de el primer moment que la temptació d’observar-me, els ha fet meus. Encaixos.- Els primers dies els encaixo a la meva quotidianitat sense parar-los massa atenció. Òbviament els hi dono ordres, però permeto que facin sense estar-m’hi a sobre, amb llibertat, la mateixa que semblen voler regalar-me. S’equivoquen, és clar, però és una forma de disseccionar-los doncs no hi ha fet que ensenyi més de algú, que els seus errors, siguin forçats o no. De nou aposto amb mi mateixa en aquests primers detalls envers les seves peculiaritats. És aplicat, hàbil, dòcil, rebel, sorrut, avantatgista, estúpid, intel·ligent, espavilat? Té bona memòria, s’oblida dels gestos, de les indicacions? No sap corregir sobre la marxa? En definitiva, em servirà com jo vull, o bé no trigarà gaire en tenir-me farta? Aquest darrer gosset que he apadrinat, de fet recollit en un gran magatzem comercial, talment com si s’hagués perdut enmig d’una gran multitud, m’està resultant interessant. Crec que a poc que li acabi de fer entendre les quatre regles d’or de la seva submissió, em serà d’utilitat. És curós, educat, parla amb veu serena tot i que hi ha vegades que sembla voler entrebancar-se, fet lògic per altre banda, doncs no tinc cap mena de mirament en mostrar-me com a mi em plau i suposo, no, estic segura, que a qualsevol home l’atribola veure’m en llibertat amb tot el meu esplendor físic. Des del primer moment li he deixat clar que ha de fer-se’m útil, apreciat, i alhora gens molest. Quan apareixen els meus amics o familiars, abans de que irrompin, ell ha d’estar ja tancat al seu cau. No m’agrada tenir que renyar a ningú per comentaris poc adients i tampoc m’atrau donar explicacions o sentir estupideses dels que no saben què seria el que haurien de dir per no esdevenir imbècils, quan el millor seria estar-s’hi callats. Passada aquesta primera fase de senzill coneixement, els hi dicto les ordres. Aquest, que encara anomeno lluís, el seu nom propi i que ben aviat canviaré pel que em sembli, ha captat amb rapidesa les bàsiques i inicials indicacions i a diferència d’altres, des del primer moment, l’he acollit a casa. No ho faig normalment, però he volgut posar-lo a prova i de pas aprofitar-lo per deixar-me a punt el jardí, ara que la primavera ja és aquí. Ha treballat sense defallir i tot i que en algunes coses no m’ha semblat prou expert, no és maldestra i tampoc s’enrabia ni es desanima quan s’adona que la feina no ha estat del tot ben resolta. Em sembla seriós tot i que l’altre nit, el vaig fer dansar nu a la llum de la lluna. Em va fer riure doncs no m’hi vaig estar de forçar-lo a diferents ritmes i danses. S’hi va esforçar, sobretot quan copsava que els seus moviments em feien somriure. No va tenir vergonya ni crec que es sentis humiliat tot i que la seva titola composava estranyes figures a la foscor de la nit. Se m’havia ocorregut ordenar-li que es fixés amb esparadrap en el seu penis una lot encesa que es movia aparellada amb la seva pixa. Crec que si no se li va posar més dura va estar a causa de la lot i el esparadrap, que constrenyien l’arribada de sang a l’òrgan. Va acabar ben suat i quan el vaig convidar amb un lleu gest que ell va saber entendre de primeres a apropar-se’m, ho va fer a quatre potes. Va llepar-me els peus amb força delicadesa, -quasi em va fer pessigolles-, i quan li vaig acariciar el caparró, em va semblar que ronronejava com una gata en cel. Em va venir de gust, fumar-li un bon clatellot. Vull un esclau mascle i no pas un mig-mig. Per doneta ja tinc a... que ho és en cos i sobretot ànima. Em va semblar que la veïna que m’odia, va estar xafardejant tota l’escena. Que es foti vaig pensar, tot i que suposo m’ho farà pagar en qualsevol moment. La vaig seguir fins a la caixa central del centre comercial. Mentre caminàvem un a la vora l’altre em va mirar de cua d’ull més d’un cop. Em va semblar que m’observava per analitzar les meves reaccions enmig d’aquell silenci a que em condemnava en certa forma tens. Un parell de cops va somriure amb suficiència però no em va molestar, ans al contrari, em vaig sentit acomboiat per aquell rostre angulós i bronzejat, hàbilment maquillat i per damunt de tot, exquisit, curull d’una bellesa que t’atreia i t’imantava encara més que el seu cos, estilitzat però alhora sabent conservar unes corbes que eren l’equilibri perfecte amb les línees rectes que convivien amb les ondulacions més femenines que ben poques vegades he vist. Com ja he esmentat, en tot el recorregut no em va adreçar la paraula i jo la vaig seguir aplicat i dòcil com si realment fos un gosset acabat d’adoptar per una ànima caritativa. Al arribar fins la caixa central, el dependent, perfectament abillat, es va esforçar en allargar-li amb celeritat controlada per anys de servir amb eficiència, les deu borses del que vaig suposar havia estat la seva variada compra, a banda d’una jaqueta també de pell però de color malva que feia joc amb el seu vestit de color negre. Va estar llavors quan vaig tornar a escoltar la seva veu. –Agafa-ho tot. Ho portarem al cotxe. –Vaig obeir-la procurant estar tan hàbil com l’empleat i sense més dilació i sense atendre massa als agraïments un xic forçats del dependent ens varem adreçar al seu vehicle. Va estar aleshores quan va tornar-me a dirigir la paraula. –El meu servidor esclau s’ha indisposat i no m’agrada anar carregada. M’ha semblat que eres un candidat ideal per a substituir-lo i veig que no m’he equivocat. –No em va semblar que em vulgues donar explicacions de cap mena. El to i la forma eren disteses, talment com si estès parlant amb una amiga. No em vaig atrevir ni a qüestionar-la, -tot i que per un moment vaig estar-hi temptat-, ni tampoc a intervenir de cap forma. Ella va continuar. –Què feies a aquestes hores per aquí? Escapant-te de la feina? –Vaig entendre que havia arribat l’hora de participar, però amb va tornar a tallar d’immediat. –Bé, desprès m’ho expliques. Ara deixem els paquets i m’acompanyes a prendre un té. –De nou vaig seguir les seves indicacions. Ja érem davant el seu cotxe. Un Mercedes descapotable. Va obrir el capó i jo vaig col·locar amb cura les borses dins el maleter. Va accionar el comandament de tancament del vehicle en quan vaig tancar el compartiment. Em va semblar que tot ho realitzava amb una determinació que em feia admirar-la. De nou va restar en silenci fins que varem arribar a la cafeteria. Ho varem fer per l’ascensor. Potser va estar la gent que ens varem encreuar, -tot i que estic segur, que cap mena de persona que es creui li pot fer modificar les seves lliures reaccions-. Al entrar a la cafeteria, em va senyalar una taula i sense Demá més....

lunes, 7 de octubre de 2013

Lectura,para entretener...Esclavo escritor

-De debò ets un gos? Salvatge o domèstic? Em vaig quedar astorat per les preguntes però sobre tot per qui me les havia fet. Tanmateix, vaig reaccionar al instant, tot i que no em va donar temps a respondre-li. Sense dubte he pogut comprovar que té una determinació especial, abassegadora. -Doncs si de debò ho ets o si més no, vols ser-ho, segueix-me i potser arribaràs a esdevenir apreciat. Sense ni tan sols observar-ho, vaig adonar-me’n que al nostre voltant, en aquell gran magatzem, tot eren mirades curioses escrutant aquella altiva dona que m’estava temptant a seguir-la, encara que fos en qualitat de ca. Potser havien estat embolcallats per la seva encisadora veu mentre m’incitava a seguir-la o era la seva imatge, sensual i eròtica, excitant al màxim, enfundada en un ajustat vestit de fina i brillant pell negre, amb uns botins amb tacons d’agulla infinits i unes mitges també negres que acariciaven unes perfectes cames. El cabell fosc extremament curt deixava al descobert una nuca insinuant i unes orelles temptadores, guarnides amb unes arracades i un collar verd maragda sobre el seu coll. Però el que potser va obligar a tothom del voltant a esguardar-la, va estar sens dubte la seva olor. No et podies sostraure a deixar-te embriagar per aquella fragància que indefectiblement et feia centrar l’atenció tan sols en ella, tot i sentir un fort temor a esdevenir travessat per la seva temptadora i alhora punyent mirada. Per un instant, vaig sentir por, però immediatament vaig obligar-me a refusar-la per lliurar-me en el que ella m’ordenés. Esdevindria un gos si era el que calia per continuar gaudint d’aquella veu i aquella olor, i si m’ho hagués tan sols insinuat, allí mateix hauria començat a bordar per demostrar-li en ella, però també en els que ens envoltaven silenciosos i expectants, excitats la majoria, -encara que volguessin evitar-ho-, que podia convertir-me en un animal de companyia, l’animal més fidel que hom pot adquirir o recollir del carrer, disposat a seguir-la dempeus o a quatre potes i acceptar-la de totes les formes imaginables que en ella li abellissin. Dies desprès vaig constatar el que en les hores següents havia intuït, la forma en que se m’havia adreçat el vell amic que em vaig trobar en aquell centre comercial instants abans que ella es creués amb nosaltres, havia, amb seguretat, captat la seva atenció. Aquell, “ei gos, que fas tot sol per aquí” en veu alta i ferma del meu antic company de carrera, que va fer aturar-me per abraçar-nos i recordar sense miraments els vells temps, va estar el detonant perquè ella em guaités i decidís comprovar si realment podia convertir-me en el seu fidel gos. Han passat varies setmanes des d’aquell inesperat i alhora crucial moment de la meva vida i puc afirmar sense equivocar-me, que crec estar acomplint les expectatives que va dipositar en mi. He esdevingut un veritable gos per la meva propietària i no em penedeixo de res del que he fet sota les seves indicacions per a convertir-m’hi, potser tan sols em culpo d’haver estat un pèl més lent en l’aprenentatge que ella ha volgut regalar-me. M’hagués agradat aconseguir el collar que a totes hores vesteixo orgullós, amb menys esforços de la meva mestressa la Deessa Nefer. Lluito per fer-m’ho perdonar, aplicant-me en tot allò que ella vol, desitja o algun dia pretendrà. És la única manera que entenc li puc retornar tot el que m’està donant des que soc un més dels seus esclaus. No tinc per costum donar cap mena d’explicacions dels meus actes, a ningú, mai, però en aquest cas i reflexionant amb tranquil·litat mentre en fumo un porret preparat per un dels meus fidels petaners de dos potes al que no li agrada gens el fum ni l’olor del cigarret que tant em relaxa, rememoro el moment en que em vaig sentir atreta a intervenir. Em va semblar poderós i alhora contrariat per la forma en que aquell antic company l’havia anomenat alçant la veu enmig d’aquell centre comercial. Tinc, ho sé perfectament, un sisè sentit per detectar contrarietats en tot tipus de persones, fins i tot en les més rebeques a mostrar cap mena de debilitat, en privat, però fonamentalment en públic. Ell, m’ho va semblar. Dur i alhora emprenyat. Per tant era una presa adient per jugar-hi com li agrada fer-ho a la gateta que soc, amb els ratolins, abans de cruspir-se’ls. Al fuetejar-lo amb la frase: “de debò ets un gos”, però sobretot al afegir-hi: “salvatge o domèstic?”, vaig copsar d’immediat que em donaria joc i que aquesta juguesca m’agradaria i que potser desprès d’ensinistrar-lo, em sentiria cofoia d’haver estat tan determinant. Han estat setmanes de dedicació que m’han fet viure moments estimulants en veure com s’anava plegant a la nova realitat, lluitant per impedir-ho alhora que doblegant-se a les meves exigències, presentades amb l’habilitat que mai he deixat de conrear i augmentar i millorar per fer de la meva vocació a convertir a altres éssers en els meus servidors fidels en primer terme, per poc a poc, cadascun al seu precís ritme, modelar-los com submisos gossets, abans de implorar-me, -alguns ploriquejant patèticament-, esdevenir els meus esclaus. Ja en la primera fase, de fet en la primera entrellucada desprès de donar-los les primeres ordres, copso què en poden esdevenir i quan temps m’atraurà prou el seu aprenentatge per no enviar-los de tornada al seu món buit, absurd o patètic. No tots estan fets per interessar-me prou com per dedicar-los un temps que valoro com el més important que posseeixo en aquesta vida. De fet jo mateixa em repto anotant desprès de les primeres vint-i-quatre hores en que son a les meves mans, quants dies seran precisos perquè pugui considerar-los veritables esclaus a tots els efectes. Cap dels preseleccionats me’n ha durat més de trenta tres dies, cap, ni els més resistents. Aleshores perdo interès, ho reconec, però guanyo en servitud i potser mal m’estigui esmentar-ho, però tampoc en cap de tots ells, he errat en el temps que els he assignat prèviament per veure’ls agenollats implorant-me que els imposi el collarí que orgullosament lluiran a partir d’aquell moment i que els identifica com a exclusiva propietat de la meva pertinença. Em sento orgullosa d’aquesta tasca. Aprofundir en l’ànima de éssers nascuts lliures, -o que pensen que ho son-, per refer-los a una vida lligada als desigs d’un altre ésser, és quelcom extraordinari i que tan sols unes poques dones som capaces no tan sols de portar-ho a la pràctica, sinó el més important, gaudir-ho plenament i plaentment. I no és possible ensenyar-ho en aquella que no està preparada per sentir-ho. S’hi ha de néixer per aconseguir-ho de qualsevol, sigui o no procliu a esdevenir submís. No farà falta que s’enamorin de tu, la seva Mestressa, tot i que tots ells ho han fet, cedir-me l’ànima i el cor. El seu cos m’ha pertanyi’t CONTINUARA....