lunes, 28 de octubre de 2013

Un nuevo compañero (continuación)

El nuevo compañero, se avino, -como no podía ser de otro modo, al menos de momento-, a las condiciones que DIOSA NEFER había clamado serena y autoritariamente mientras descansaba sus piernas sobre mi espalda. La velada no dio para más, Ella decidió que era hora de acostarse pero antes sometió a su nuevo cachorro a la última de las humillaciones que le tenía preparada para aquella noche. Me ordenó que fuera en busca del cb6000 que utilizo como recambio para cuando desea modificar mi atuendo y cuando se lo mostré pensando que sería yo el depositario de tan linda joya que se utiliza para paliar deseos indeseables de los machos, me indicó que se lo colocara al joven. Éste al oír el capricho de la DIOSA pareció echarse atrás en lo manifestado sólo unos minutos antes. Me quedé en espera, atendiendo al resultado de aquella, en realidad, tenue rebelión. Se atrevió incluso a señalar que quería que fuera la DIOSA quien se lo colocara, o él mismo, pero los dos sonoros bofetones que ELLA le propinó, le hicieron entrar en razón. Acababa de aceptar de forma tácita que su cuerpo ya no le pertenecía y aunque él no hubiera sido capaz de definirlo así, su cerebro lo había asumido subconscientemente, pero en verdad con toda la consciencia que los seres humanos tenemos a nuestra disposición. Obedecí entonces. Se lo coloqué con facilidad a pesar de que sus atributos genitales son de buena proporción, aunque en aquellos momentos cruciales de su todavía corta vida de sumiso parecían haberse empequeñecido para facilitarme la labor o quizá porque todo él lo había hecho, influido por la singular experiencia que estaba viviendo. Cuando concluí, la DIOSA nos indicó que ya podíamos acostarnos. A él le permitió hacerlo, -tras disponer yo un sencillo colchón en el suelo junto a la cama de ELLA-, naturalmente desnudo y encadenado a las patas de su lecho. Cuando estuvo ubicado, lo cubrí con una sabana y entonces pude retirarme a mi limitado colchón de espuma junto a la cesta en la que suele dormir Zeus si es que la DUEÑA no le permite hacerlo junto a ELLA. Esa noche prefirió que fuera yo quien lo acunara o simplemente soportará sus modos perrunos. La noche fue calmada, nada reseñable a excepción de mis necesidades biológicas. Al parecer el muchacho no necesitó levantarse pues no lo oí ni moverse. De todos modos no habría podido hacerlo. Quizá por ese motivo al desencadenarlo, -tan pronto Zeus quiso salir al jardín-, imitó al chucho y vació una cálida y humeante meada en la parte posterior de la casa. No se disculpó, pero se justificó alegando que no podía reprimirse por más tiempo. Lo comprendí y no le recriminé pues bastante tenía con intentar calmar a Zeus que no paraba de ladrar, molesto seguramente porque otro animal se atreviera a imitarlo. Temía que despertara a la DIOSA y sufriéramos su mal humor, fundamentalmente yo, al comprobar ELLA que no estaba sabiendo aleccionar debidamente a su nuevo cachorro, encargo que me había dejado claro quería que llevara a cabo. La DIOSA hubiera podido pensar que la estaba desobedeciendo a conciencia para evitar que algún día pueda sustituirme por su nuevo cachorro madrileño y eso habría sido fatal, pues quizá habría decidido hacerlo, sustituirme, mucho antes, puesto que candidatos no le faltan. Cuando el joven pareció liberado, le señalé que debía ponerse de inmediato los boxers de color negro. -Nuestra DIOSA no acepta que vayamos en pelotas a no ser que ELLA lo ordene. Supongo que te has traído unos, sino, te dejo los de repuesto. El muchacho entonces se interesó por aquella indicación. -Pero si al llegar ayer, tú estabas en bolas. -Lo estoy cuando ELLA no está. Para trabajar me siento más cómodo y además no se me ensucian. Le disgusta que los manche, ya sabes. -Y con ese aparato, ¿puedes dormir y hacer las cosas? Me duelen los huevos una barbaridad. -Te acostumbrarás, ya verás. Es al principio, luego hasta te sentirás desnudo cuando ELLA te ordene sacártelo. -¿Ah sí? ¿Y cuando es eso? -Cuando le apetece jugar con tus huevos o que lo hagan sus amigos o sus amigas. -¿Amigos también? -Mira…, por cierto, ¿cómo quieres que te llame? -Mad_sum. -Pues bien Mad_sum, acostúmbrate a servirla en todas las formas imaginables, aunque por mi experiencia sé que no dejará de sorprenderte. Es su especialidad, por tanto, mente abierta y disposición total. Vamos, si quieres seguir perteneciéndole. Me gustó que preguntara, era indicativo de que tenía interés y lo más importante para mi cometido, me aceptaba como tutor de su deseada sumisión. -Verás Mad_sum, el protocolo es fundamental. Supongo que lo tienes claro. ELLA está por encima de todo, tú y naturalmente yo, estamos a su servicio, para cuidar sus cosas y sobre todo hacerle la vida más fácil y divertida y si su antojo del día es fustigarnos, humillarnos, acariciarnos, insultarnos, atarnos, -ves, eso le gusta mucho, atar a la gente-, bueno, a la gente como nosotros o a los sumisos que la visitan en su Templo. Por cierto, ¿imagino que ya lo has visitado? –El joven afirmó. –Pues dime, pregunta cualquier cosa. Hoy es sábado y dormirá algo más. Es lo que suele hacer los sábados. No trabaja y por tanto descansa hasta más tarde. Luego, quizá quiera que la acompañemos a pasear por la playa o al pueblo, ya decidirá. Pero pregunta, no te cortes. Como veía que no se lanzaba, continué poniéndolo en antecedentes. Le hablé del desayuno de la DIOSA, del baño, del de ELLA y del de Zeus, también del coche, del cuidado de sus enseres, de la limpieza de la casa, del arreglo del jardín. -Nunca falta trabajo, ya lo verás y procura, a no ser que te reclame, estar ocupado, no le gustan los vagos, ah y tampoco los curiosos o chafarderos. No la sigas con la vista, no persigas su atención, aunque parezca que no te observa, lo hace. No olvides que es una DIOSA. Puedo asegurarte que parece tener un sexto sentido para saber qué haces y dónde estás. Aquella última parte, a Mad_sum pareció sonarle a broma, no se abstuvo de certificármelo, con sorna. No quise corregirlo más que con la naturalidad. -Yo ya te he avisado, es cosa tuya encontrarte de bruces con esa realidad, pero luego no digas que no te advertí. Y por cierto, no hables en su presencia a no ser que te pregunte, tampoco conmigo. Cuando ELLA quiere oírnos, nos lo indica y entonces nos está permitido hablar con libertad, pero cuidado con los atrevimientos, como el de anoche. De momento me tienes a mí para recibir los castigos, pero supongo que pronto te los impondrá a ti, naturalmente cuando sean de tu incumbencia. Entonces Mad_sum se refirió a lo que realmente le preocupaba de lo mencionado por la DIOSA la noche anterior. -Por cierto, ¿has tenido que chuparle la polla a algún tío? Sonreí, demorándome expresamente en responder. -¿Muchas? –preguntó alarmado. No quise atormentarlo más. -Ninguna, aunque si he de serte sincero, el día que me lo ordene, no me cabrá más que obedecerla. -No jodas tío. -Puede que esto también, aunque espero que falte mucho. La única que me ha jodido hasta hoy, y debo decirte que me ha gustado, ha sido ELLA. Ya sabes, le pertenezco y tú, cuando lo haga contigo, también lo aceptarás. Al principio duele un poco, pero luego, te acostumbras, además, sabe cómo hacerlo para que no sólo goce ELLA, también busca el placer del sumiso. Mad_sum se sintió turbado. No supe si por la confesión que acababa de oír o porque estuviera naciendo en él el deseo de experimentar ya, aquella vivencia que acababa de describirle. Proseguí explicándole lo que a mi entender esperaba la DIOSA de su comportamiento. Me fue haciendo preguntas que yo contestaba intentando adornarlas con ejemplos que hubiera vivido o que todavía no había experimentado aunque esperara hacerlo en algún momento, dándole a cada respuesta la veracidad necesaria para que ni se lo tomara a guasa, ni se sintiera atribulado. Estuvimos casi treinta minutos compartiendo aquel trozo del jardín. Cuando el sol comenzaba a deslumbrar mis ojos, intuí que estaría cercana la hora en que la DIOSA abriría los suyos, aquella preciosidad de mirada esperaría sin duda, que sus dos pertenencias estuvieran junto a su cama, de rodillas y con la cabeza gacha, expectante para servirla con devoción. Se lo indiqué y me pareció que su afán por ser más útil y apreciable había crecido. Me atribuí cierto mérito. Estaba seguro que ELLA lo valoraría, es una DIOSA firme, pero justa. A sus pies, su esclavo 24/7 y escritor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario